miércoles, 3 de enero de 2007

Vahos

Despegad de mí, corredores del abismo,
que con funestos visajes provocan
las furiosas arremetidas de sismos
que las entrañas de la tierra desbocan.

Hundid el suelo de los mares,
aplanad las moradas del Olimpo...
Mas no toqueis los rosedales
ni los palmares de verde limpio.

Y cuando el fuego consuma
toda carne, y se levante
de fulgurantes tizones, bruma,

miraré cabalgar del Oriente
al jinete de límpida armadura
y sumir bajo su espada el Poniente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario