viernes, 5 de enero de 2007

Caminando por ahí...

Me expongo al lazo del destino mientras mis pies descalzos patean las baldosas frías, como fría es la noche citadina. Es que camino entre calles asfaltadas nuevamente y medianeras de ladrillos que me miran y susurran sus historias de vida, de ciudad vieja, de nueva ruina, de gente que fue pero que todavia mira... Y en mi cabeza todavía son, y andan, danzan, vuelan cual en la Plaza las palomas y las golondrinas. Que grande la Plaza, con sus bronces y sus rimas. La fuente canta su canzonetta, nocturna, matutina. El reloj también, toca... y la Plaza se menea, algo, muy poco, ¿será porque está viva?

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