jueves, 30 de septiembre de 2010

Azul

Con #unsaludito para @llyyllaa,
y gracias por darle máquina a esta locomotora.

Azul y rojo. Violeta.
Morado oscuro.
Violeta y negro.

Morado oscuro de espalda granizada,
apedreada.

De frío, labios azules.
Ojos azules, también de frío;
o grises de acero como la lluvia
fuerte, densa, dura,
que apuñala cristales y pechos vacíos.

Azul silencio, azul ruido.
Huesos quebrados.
Azul devoto, azul impío.
Muertos quemados.
Azul preso libre.
Tuyo. Mío.

lunes, 27 de septiembre de 2010

De un domingo a puro empate

Comunicación enviada a el programa 'El Alargue' por Radio La Red, correspondiente al lunes, 27 de setiembre de 2010, a propósito del tópico al que hace referencia el título.

¿Por qué será que empataron
hoy muchos de los equipos,
cuando todos esos tipos
se supone que jugaron?
La verdad que ni trataron
de andar como la gente.
Y es que aquí no hay gerente
ni mánager deportivo
que salve de vomitivo
al fulbo de actualmente.

Por ahí la próxima fecha
y si corremos con suerte
se juegue algo más fuerte
que la vergüenza hoy hecha.
Porque si no, será endecha
lo que tendremos que hacerle
a este fóbal tan endeble
que hace doler los ojos...
Parece lo juegan cojos,
simplemente miserable.

(...pero siempre muy rentable
y lo seguimos mirando,
tal vez lo que está pasando
lo tenemos merecido...)

domingo, 26 de septiembre de 2010

Cuento del soldado anónimo

Panza al suelo se encontraban
remolineando entre escombros,
tapados que ni los hombros
de lejos se le notaban.
Hacía frío, bastante,
pero nadie se movía.
Allí esperaban el día
mientras los otros marchaban.

Pero en esa madrugada
sucedería otra cosa...
¡mierda! tan espantosa
que la quisiera olvidar.
Mas no lo puedo lograr
pues estuve en esa fosa.

Pasa que en la tarde antes
cené unas habichuelas,
y las malditas pilluelas
no llegaron a acomodar.
La panza me hizo aire;
no por miedo el que relata
pedorreaba hasta las patas
sin poder desagotar.

Llegó, pues, la madrugada
en trinchera del destino.
Antes de emprender camino
adelanté la retirada.
Los tiros... no era el enemigo...
Era yo que me cagaba.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Un mate frente al mar

A la orilla de un mar dulce
con arena muy blanquita
me senté a una mesita
y a tomar mate me puse.
Ahí nomás estaba el cruce
porque al lado pasa un río;
a lo lejos un navío
se movía por las nubes
buscando mares azules,
llevándose un sueño mío.

Muerta la primera ronda
justo saqué la libreta,
mi lapicera violeta
y una gomera u honda.
Las piedras, como sondas
hurgaban los corazones
y encontraban razones
para derramar mi tinta.
Dejé mi página pinta
desbaratando terrones.

Terrones de ideas mías
que entre las olas, el viento,
la arena y el cemento
corrían cual cocolías.
Unas cuantas ondas frías
me pegaban en los pies.
Así medio de revés
iba tomando el sorbo,
que el mate no es estorbo
para quitar el estrés.

Igualmente avanzaba
la pluma sobre el papel
a medida que el bajel
por la espuma se alejaba.
Ahí nomás justo llegaba
la Patrona a acompañar
y su sonrisa a sumar
a estas pobres líneas,
de palabras discontinuas,
sobre un mate frente al mar.