martes, 23 de enero de 2007

Yes Dear

La Frances resucito. Un aplauso todo el mundo.

Yo no se escribir, ni me voy a hacer la que se escribir. Pero si se dibujar un poco asi que subire un dibujo:
























Es un poco viejo (de noviembre) pero funciona por ahora.

Si me dan permiso los dejo con un poema de alguien que si sabia escribir (y tambien es canceriano asi que mejor todavia):

ME GUSTA CUANDO CALLAS

Pablo Neruda

Me gusta cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llenas del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gusta cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

viernes, 5 de enero de 2007

Caminando por ahí...

Me expongo al lazo del destino mientras mis pies descalzos patean las baldosas frías, como fría es la noche citadina. Es que camino entre calles asfaltadas nuevamente y medianeras de ladrillos que me miran y susurran sus historias de vida, de ciudad vieja, de nueva ruina, de gente que fue pero que todavia mira... Y en mi cabeza todavía son, y andan, danzan, vuelan cual en la Plaza las palomas y las golondrinas. Que grande la Plaza, con sus bronces y sus rimas. La fuente canta su canzonetta, nocturna, matutina. El reloj también, toca... y la Plaza se menea, algo, muy poco, ¿será porque está viva?

miércoles, 3 de enero de 2007

Vahos

Despegad de mí, corredores del abismo,
que con funestos visajes provocan
las furiosas arremetidas de sismos
que las entrañas de la tierra desbocan.

Hundid el suelo de los mares,
aplanad las moradas del Olimpo...
Mas no toqueis los rosedales
ni los palmares de verde limpio.

Y cuando el fuego consuma
toda carne, y se levante
de fulgurantes tizones, bruma,

miraré cabalgar del Oriente
al jinete de límpida armadura
y sumir bajo su espada el Poniente.